jueves, 10 de abril de 2008

De Republicanos...

¿Por qué la República perdió la guerra?

Esta semana, con motivo del 77 aniversario de la II República Española, estoy asistiendo a distintas charlas-coloquios acerca del tema. Anteayer estuve en una conferencia que impartían dos comunistas. Hoy, en la presentación de un libro de un anarcosindicalista. Ambas conferencias muy ilustrativas, interesantes y educativas. Ambas, también, decepcionantes.

Me explico. En realidad, la decepción a la que me refiero se comenzó a forjar en mi interior a medida que, desde que era pequeño, fui conociendo cómo se desarrolló la contienda española entre los años 36 y 39 del siglo XX. Y estalló la guerra. Guerra, respecto a la cual soy totalmente contrario a llamarla Civil dado que en realidad fue una SUBLEVACIÓN MILITAR en CONTRA del gobierno legítimo, así como del sistema de estado, ambos elegidos por el pueblo en las elecciones democráticas de Abril de 1931.

En las conferencias a las que he asistido estos días, en los documentales que he visto, en los documentos leídos y releídos, en los testimonios de supervivientes, allá por donde vea una referencia hacia la guerra incivil, siempre encuentro el mismo fondo.

Anarquistas. Comunistas. Socialistas. Catalanistas... Republicanos en general, vaya. Todos ellos luchaban para defender la IGUALDAD, la LIBERTAD, y la FRATERNIDAD. En última instancia, la REPÚBLICA. Todos contra el Fascismo, que en esos años comenzaba a roer las libertades ya en muchos países de Europa: Alemania, Italia, Portugal...

Aún hoy, esos comunistas, socialistas, anarquistas... están de acuerdo en las barbaridades que se cometieron durante la guerra y en la posguerra. Sin embargo, mantienen la "estúpida" separación, a mi modo de ver, en cuanto a la forma del estado que defendían.

La raíz de todo ello consiste en lo siguiente bajo mi punto de vista. Al principio de la guerra, todos unidos, contra el mismo enemigo: EL FASCISMO. Poco a poco, el Gobierno Republicano, presidido por Negrín (que ya había solicitado dimisión al Presidente de la República Manuel Azaña, que no aceptó el cese bajo ningún concepto) se va acercando a la URSS, único país que se compromente a prestar ayuda en forma de unidades, material bélico y asesores militares y políticos. Hasta ahí bien. El problema viene cuando los altos mandos se empeñan en desarticular todas las milicias e integrarlas en el Ejército Popular. Muchas de estas milicias están formadas por anarcosindicalistas de la FAI, CNT-AIT, etc. Por tanto, no accederían a realizar dicha unión.

Los anarquistas, por su parte, creen que es la ocasión para comenzar a hacer su propia revolución, y comienzan a colectivizar aquellos pueblos que son controlados por estos milicianos. El EP y el Gobierno Republicano tomará represalias contra aquellos anarquistas que comiencen a hacer la revolución, en la justa medida para que las unidades anarquistas sigan luchando en el frente contra el ejército sublevado.

La cosa se propaga por la península, y hasta en las mismas calles de Barcelona, en las mismas trincheras que se han levantado para derrotar al ejército enemigo, comunistas y anarquistas se cubren de sus propias balas.

Y digo yo... ¿Estamos todos gilipollas?

Hoy en día los comunistas se quejan de que los anarquistas comenzaron a hacer su propia revolución. Éstos se quejan de que los primeros no les dejaban hacerla. Ambos se quejan de que los socialistas no hacían nada para estabilizar la lucha obrera, y los socialistas de que cada uno hacía lo que le salía de los hevos.

Y bien... ¿qué hemos aprendido de aquello?

Llevándolo todo a un punto algo reduccionista, allí se luchaba por la LIBERTAD. Se luchaba contra un ejército que quería imponer un régimen totalitario que privaría al pueblo de esa LIBERTAD que estaban defendiendo. Un régimen que arrasaría con los avances sociales, económicos y culturales que se habían logrado durante el periodo republicano. Los FASCISTAS son los responsables de la quema sistemática de miles de bibliotecas. Muchas de ellas bibliotecas escolares, de escuelas construidas en ese periodo. Los FASCISTAS acabaron con el laicismo en España. Acabaron con el derecho de asamblea. Acabaron con la libertad de imprenta. Acabaron con la libertad de expresión. Con la libertad de pensamiento. Con la libertad de razonar por uno mismo. ¡¡ACABARON CON LO QUE CARACTERIZA A LA RAZA HUMANA!! ¡¡ACABARON CON LA RAZÓN!! ¡¡CON LA IGUALDAD!! ¡¡CON LA VIDA SOCIAL Y POLÍTICA!! ¡¡CON LA ESPERANZA DE CAMBIAR EL MUNDO!! ¡¡CON LA ESPERANZA!!

¿Y qué coño defendían los republicanos? ¡¡ESA LIBERTAD!! ¡¡ESA ESPERANZA!!

¡¡El enemigo era el FASCISMO carajo!!

Aún hoy lo sigue siendo. En un mundo cada vez más capitalizado. Donde la globalización es un hecho normal y corriente (a lo que todo obrero que se precie debería oponerse frontalmente). En un mundo en el que los objetivos de los gobiernos se centran en el bienestar, y dejan la política ideológica de lado. En este mundo, es donde la prole del fascismo tiene más posibilidades de proliferar. ¡Por eso debemos estar todos unidos! Catalanistas, abertzales, socialistas, comunistas, anarquistas... ¡¡Todos contra el mismo enemigo de hace 72 años!! Todos contra la incultura, la miseria social, el hambre de libertad. Todos contra esa bestia que lava cerebros, manipula la historia, acalla las voces que le gritan ¡BASTA!.

Todos los que alguna vez creímos en un sistema mejor. Los que creemos que ese sistema estuvo al alcance de nuestra mano. Los que si hubiéramos vivido en ese tiempo hubiésemos luchado hasta el último aliento, defendiendo los valores que nos hacen respirar... Los que creemos en la unidad de la izquierda para derrotar de una vez al FASCISMO en España, y queremos machacar de una vez por todas sus garras, que se aferran al poder cual bebé a su sonajero o niño caprichoso a su juguete.

Todos debemos gritar hoy y siempre hasta que nuestro objetivo se haga realidad, y entonces de verdad creamos en lo de que "la esperanza es lo único que se pierde"... gritemos...


¡¡¡ VIVA LA REPÚBLICA !!!

"La libertad no hace felices a los hombres, los hace simplemente hombres" - Manuel Azaña

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